sábado, 27 de octubre de 2012

Oyéndolo a él para escribir sobre 'ellas'.



La mujer ha sido y es definida todos los días, desde un principio, sin importar su género, el gusto o la opinión que se tenga de ella. Desde Eva, la tentadora, coqueta y primera pecadora de la Biblia, hasta las reinas de belleza, las monjas, las rompecorazones y las sumisas; las mujeres logramos despertar odios y amores, inspiramos películas, poemas, canciones e incluso álbumes completos. Este es el caso de Fito Páez, de su vida acompañada por féminas que lo han hecho divagar letras románticas sobre el papel, ratos de locura sobre el piano y una confesión en vivo grabada en un disco llamado ‘Mi vida con ellas’. 

Este es un álbum doble y recopilatorio, nutrido con canciones clásicas del argentino y otras menos conocidas. Al ser agrupadas bajo un título tan llamativo y personal hace que las letras y las melodías se tomen más en serio, que se conviertan en una historia de vida, en experiencias hechas disco, que además es ilustrado por dos fotos del intérprete y compositor rodeado de chicas en traje de cabaret, todas ellas, mujeres que lo inspiraron.

Cada canción incluida en este álbum evoca ciertos sentimientos, los cuales son revelados con cada palabra dicha, con la forma en que se canta a gritos o susurrando, por la melodía y su intensidad, y a la final por la manera en que incita a quienes lo oyen, a recordar su pasado o a relacionar los temas con su presente, trayendo de nuevo a la memoria a esa o ese que tal vez nunca ha salido, al ser infame que hizo llorar o a la persona maravillosa que abraza y hace reír.

El primero de los dos discos abre con la canción ‘Lo que el viento nunca se llevó’, un tema de letra elaborada, rápida y alegre. Una canción de amor, que trata de palpar con cada una de sus estrofas el elemento más real de este sentimiento, el fin; mostrando a un Fito enamorado y consciente de que después del final del amor quedará algo que el viento nunca se llevará.

Además de la anterior, ‘Mi vida con ellas 1’ contiene muchas canciones que son insignia de la carrera de Páez y logran hablar del buen amor, como ‘El amor después del amor’, ‘Dar es dar’ y ‘Un vestido y un amor’, las cuales son coreadas por el público presente y generan ese tarareo instantáneo para quienes conocemos sus letras.

Pero así como el amor se puede presentar en forma de mujer y en forma de canción; la furia y los recuerdos de la soledad son también retenidos en varios temas de esta parte del álbum, como en ‘Al lado del camino’ donde la tormenta, las resacas y una infancia difícil, se hace presente en la mayor parte de la letra, pero  en el último trozo de la canción, “…dormirte cada noche entre mis brazos…” se devuelve esa dulzura que aplaca toda esa rebeldía y nostalgia sacada casi a gritos durante cinco minutos.

Muchos piensan que las segundas partes nunca fueron buenas, pero hay excepciones. Personalmente disfruto mucho más ‘Mi vida con ellas 2’, aquí, otra vez se narran historias de amor tocando todas sus caras.

Incluye la poesía de Joaquín Sabina dentro de ‘Llueve sobre mojado’ en la voz solitaria de Fito Páez, ‘Cerca de la revolución’, una composición de Charly García cantada en su compañía y la presencia de Luis Alberto Spinetta en el momento de cantar ‘Las cosas tienen movimiento’.

En esta parte del álbum está la canción ‘Polaroid de una locura ordinaria’. Aquí se habla abiertamente de una mujer rebelde que se ríe de sus desgracias, de su sangre y que con todo ese desparpajo impresiona a Fito Páez. Esta canción hace que al mirar la caratula del disco me pregunte cuál será de esas mujeres con plumas en la cabeza, ‘la loca’ protagonista de esa historia.

La canción que finaliza todo este cuento de mujeres importantes, de mujeres claves e inspiradoras es  ‘Mariposa Technicolor’, la que quizá, es la más conocida de la enorme carrera del rosarino.
Este es el broche que cierra una recopilación de temas que es apertura de la mirada del público, le otorga un rostro a las musas que aportaron al nacimiento de esos clásicos colmados de sentimiento, que fueron gestados en la imaginación y garganta de un hombre que desde su inicio, hasta hoy, ha logrado hacer que estas canciones sean la banda sonora de otras vidas, compartidas al lado de muchas otras mujeres.

jueves, 4 de octubre de 2012

El convencimiento de ser periodista, el convencimiento de ser mujer.

Foto cortesía Catalina Ruiz - Navarro.


No recuerdo de qué manera llegué un día a una crónica de la revista Soho, llamada ‘Una mujer prueba seis condones’ escrita por Catalina Ruiz–Navarro, pero inmediatamente la gracia y la manera tan directa de hablar de la columnista llamó mi atención, quise conocer más su trabajo y gracias a Google conocí su blog catalinapordios.com.

Catalina es barranquillera, columnista semanal de El Espectador, filósofa, artista visual y maestra en literatura. Su blog y sus escritos demuestran la visión de una mujer libertaria, espontánea, que con sus textos siempre respalda a la mujer y los derechos que todos los colombianos tenemos, aunque muchas veces obtenerlos sea una lucha constante.

Por su formación, escribir acerca de estos temas es para ella un encuentro con su trabajo, una oportunidad de poder expresar su pensamiento y visión del mundo frente a situaciones que vive el país y que aprueba o rechaza, sustentado siempre con argumentos serios que demuestran la amplitud de sus conocimientos, pero nunca dejando de lado esa chispa y ese toque irreverente que la destaca aún más.

De igual forma se atreve a dar su opinión frente a sucesos nacionales que tal vez no son de su total dominio, pero que para ella representan un reto y un cambio en su dinámica de escritura, exigiéndose mucho más, y así como ella lo dice “saliéndose de su zona de confort”.

Para cualquier periodista, llegar a un medio nacional tan conocido como es el periódico El Espectador, debe ser todo un triunfo y mucho más si se gana el espacio y la oportunidad de ser publicado cada semana. Llegar a ese punto no es simple suerte o palanca, como muchos lo piensan, para Catalina Ruiz–Navarro esto fue cuestión  de perseverancia, astucia y creatividad, permitiéndole entrar al medio.

Es así como nació su blog catalinapordios.blogspot.com, en donde empezó a publicar escritos cada semana, que además enviaba al editor  del reconocido periódico, y aunque muchas veces no le contestaban nada, siguió enriqueciendo su espacio web, consiguiendo resultados seis meses después cuando el editor le ofreció la columna.

Los textos de Catalina y su blog se centran en los acontecimientos de la actualidad dando su punto de vista, pero a la vez trata de dar voz a las minorías, protestar contra la intolerancia. Su visión de mujer, filósofa y artista de mente abierta hace pensar a sus lectores y la convierte en toda una activista presente no sólo en las letras o en el papel, sino que  junto con demás personas ha impulsado campañas y protestas contra esos entes del estado o acciones públicas que condenan la diversidad, los derechos de la mujer y la ‘soldadura’ extraña entre la religión y la constitución que últimamente declaran algunos miembros del gobierno.

Además de esto Catalina es la directora del proyecto Hoja Blanca, publique sin palanca, el cual inició como una revista y hoy es una ONG que busca dar a conocer nuevos talentos del periodismo, la fotografía y productos audiovisuales, defendiendo la libertad de expresión y causas como las nombradas con anterioridad; abriendo convocatoria pública dos veces al año, para así enriquecer su sitio e impulsar gente nueva.


Ser periodista implica enfrentarse con críticas y saber aprovecharlas, mucho más cuando lo que se escribe es totalmente subjetivo, como en las secciones de opinión, por esto el estilo de la barranquillera podría resultar para usted igual de llamativo, directo y representativo como es para mí, pero como en la variedad está el placer, puede que los lectores no compartan esta opinión y es posible que  muchos crean que sus temas son muy serios o que el punto de vista frente a estos sea totalmente adverso al de la columnista.
Es importante y enriquecedor conocer los nuevos periodistas del país, informarse a través de medios diferentes a la televisión y saber qué opiniones frente a la actualidad existen en el medio. Catalina Ruiz–Navarro representa una percepción diferente, una Colombia vista con los ojos de mujer independiente, con un toque picante y una palabra directa que pueden llegar a hacerlo pensar, leer e incluso convencerlo de decidirse a escribir.