La mujer ha sido y es definida todos los días, desde un principio, sin importar su género, el gusto o la opinión que se tenga de ella. Desde Eva, la tentadora, coqueta y primera pecadora de la Biblia, hasta las reinas de belleza, las monjas, las rompecorazones y las sumisas; las mujeres logramos despertar odios y amores, inspiramos películas, poemas, canciones e incluso álbumes completos. Este es el caso de Fito Páez, de su vida acompañada por féminas que lo han hecho divagar letras románticas sobre el papel, ratos de locura sobre el piano y una confesión en vivo grabada en un disco llamado ‘Mi vida con ellas’.
Este es un álbum doble y recopilatorio, nutrido con canciones clásicas del argentino y otras menos conocidas. Al ser agrupadas bajo un título tan llamativo y personal hace que las letras y las melodías se tomen más en serio, que se conviertan en una historia de vida, en experiencias hechas disco, que además es ilustrado por dos fotos del intérprete y compositor rodeado de chicas en traje de cabaret, todas ellas, mujeres que lo inspiraron.
Cada canción incluida en este álbum evoca ciertos sentimientos, los cuales son revelados con cada palabra dicha, con la forma en que se canta a gritos o susurrando, por la melodía y su intensidad, y a la final por la manera en que incita a quienes lo oyen, a recordar su pasado o a relacionar los temas con su presente, trayendo de nuevo a la memoria a esa o ese que tal vez nunca ha salido, al ser infame que hizo llorar o a la persona maravillosa que abraza y hace reír.
El primero de los dos discos abre con la canción ‘Lo que el viento nunca se llevó’, un tema de letra elaborada, rápida y alegre. Una canción de amor, que trata de palpar con cada una de sus estrofas el elemento más real de este sentimiento, el fin; mostrando a un Fito enamorado y consciente de que después del final del amor quedará algo que el viento nunca se llevará.
Además de la anterior, ‘Mi vida con ellas 1’ contiene muchas canciones que son insignia de la carrera de Páez y logran hablar del buen amor, como ‘El amor después del amor’, ‘Dar es dar’ y ‘Un vestido y un amor’, las cuales son coreadas por el público presente y generan ese tarareo instantáneo para quienes conocemos sus letras.
Pero así como el amor se puede presentar en forma de mujer y en forma de canción; la furia y los recuerdos de la soledad son también retenidos en varios temas de esta parte del álbum, como en ‘Al lado del camino’ donde la tormenta, las resacas y una infancia difícil, se hace presente en la mayor parte de la letra, pero en el último trozo de la canción, “…dormirte cada noche entre mis brazos…” se devuelve esa dulzura que aplaca toda esa rebeldía y nostalgia sacada casi a gritos durante cinco minutos.
Muchos piensan que las segundas partes nunca fueron buenas, pero hay excepciones. Personalmente disfruto mucho más ‘Mi vida con ellas 2’, aquí, otra vez se narran historias de amor tocando todas sus caras.
Incluye la poesía de Joaquín Sabina dentro de ‘Llueve sobre mojado’ en la voz solitaria de Fito Páez, ‘Cerca de la revolución’, una composición de Charly García cantada en su compañía y la presencia de Luis Alberto Spinetta en el momento de cantar ‘Las cosas tienen movimiento’.
En esta parte del álbum está la canción ‘Polaroid de una locura ordinaria’. Aquí se habla abiertamente de una mujer rebelde que se ríe de sus desgracias, de su sangre y que con todo ese desparpajo impresiona a Fito Páez. Esta canción hace que al mirar la caratula del disco me pregunte cuál será de esas mujeres con plumas en la cabeza, ‘la loca’ protagonista de esa historia.
La canción que finaliza todo este cuento de mujeres importantes, de mujeres claves e inspiradoras es ‘Mariposa Technicolor’, la que quizá, es la más conocida de la enorme carrera del rosarino.
Este es el broche que cierra una recopilación de temas que es apertura de la mirada del público, le otorga un rostro a las musas que aportaron al nacimiento de esos clásicos colmados de sentimiento, que fueron gestados en la imaginación y garganta de un hombre que desde su inicio, hasta hoy, ha logrado hacer que estas canciones sean la banda sonora de otras vidas, compartidas al lado de muchas otras mujeres.